martes, 12 de junio de 2012

En estado crítico la Troncal del Café


Tener la vía abierta al tránsito de vehículos no impide el alud de críticas y reproches de la comunidad, en especial de los transportadores, al mal estado de la Troncal del Café, por los riesgos que supone desplazarse entre una colección de derrumbes y "chorriaderos" que ocupan media calzada.

El deslizamiento constante que forma un largo canalón en La Huesera (Amagá), huecos, hundimiento y reptación de la banca, cunetas taponadas de lodo e incontables arrumes de tierra, se pueden advertir en un recorrido por la ruta Medellín-Bolombolo-Peñalisa-Remolinos-Ciudad Bolívar y entre Remolinos-Andes-Jardín.

En el parque de Andes, la secretaria de la Flota AlSur, Cielo Morales , recuerda que en estos días hubo "unos 20 derrumbitos", que dejaron dos días sin salida a los viajeros de Andes, Jardín, Bolívar y Betania porque no había forma ni de trasbordar. "Los de más urgencia se tuvieron que ir en escalera por una trocha por el corregimiento Buenos Aires a Jericó para bajar después a Peñalisa", afirma, y expresa que todavía sufren las secuelas.

En el vecindario, en Jardín, Luisa Fernanda Cano , de Transportes Suroeste, es más categórica y sostiene que "el estado de la vía es pésimo, el flujo de pasajeros se ha reducido mucho y aumentó el tiempo de recorrido".

De las quejas constantes de los conductores, concluye que, entre medianos y pequeños, en los sectores más críticos hay unos 50 derrumbes que no ofrecen un riesgo constante.

En Ciudad Bolívar, el vocero de Rápido Ochoa Luis Enrique Galeano , recalca que el Talón de Aquiles de la vía al Suroeste es el paraje La Huesera, que muchas veces obliga a desvíos por la carretera a Venecia, para salir a Camilocé. "Tiene muchas ondulaciones en el terreno y por ahí significa una hora más de recorrido", dice.

Pero se queja de la cantidad de derrumbes que se acumulan sobre la vía y enrostra que hace poco demolieron una roca grande y dejaron los escombros regados en la entrada a Farallones.

Riesgos y accidente

La sensación de riesgo la percibe en Andes un grupo de empleados de Productos Yuli, una empresa de alimentos que surte al Suroeste. "Uno se encuentra con derrumbes en todas partes y si alguien viene con velocidad, se puede chocar o voltear fácilmente", añade Nelson Gómez.

La situación ya se vivió en la familia de Lucena Palacio , cuando dos jóvenes que viajaban en motocicleta fueron atropellados por un camión en un "paso malo" cerca de Peñalisa. "Los dos quedaron con contusiones en la cabeza y están en tratamiento", dice.

En ese perfil, Wilson Agudelo , conductor de taxi puerta a puerta de Andes, cuenta que en el sector Versalles, entre Hispania y Andes, estuvo a punto de colisionar con otro vehículo, al encontrarse con él de frente en una curva que tiene un derrumbe pero no hay ninguna señalización. Agudelo y otros conductores creen que las consecuencias no han sido peores porque la mayoría conoce los sitios críticos y los toma con precaución, "pero el particular cree que lleva la vía".

El secretario de Obras Públicas de Bolívar, Juan Marcelo Gaviria , afirma que el Invías colabora para recuperar la transitabilidad, pero pide que se acelere el retiro de los derrumbes. "La maquinaria corre la tierra para dar paso y ya. Por eso hicimos una solicitud al Invías de carácter urgente", señala.

Wilson, el conductor de Andes, reclama que "no esperen a que pase algo grave. Pedimos que hagan un trabajo preventivo, después para qué". Y lo apoyan sus colegas que no entienden para qué pagan peajen.

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