Las cometas, un peligro metro

agosto muchas personas acostumbran elevar cometas pero no saben que practicando esta actividad cerca de los cables ponen en riesgo la operación de estos sistemas. Las cometas ponen en riesgo la operación en las líneas K, J y Cable Arví. Cortesía: Metro de Medellín El transporte en cable se ha consolidado en Medellín, como uno de los medios preferidos de movilización para cientos de personas que habitan en las comunas 1 y 2 en el nororiente de la ciudad y en la Comuna 13, al occidente. Sin embargo, durante el mes de agosto, el sistema de cables se ve afectado por la práctica de algunos vecinos aledaños a estos sistemas de elevar las tradicionales cometas, desconociendo que este juego puede causar graves daños para la correcta operación del sistema. “Nuestro Metro año a año y desde que empezó la operación de la Línea K, ha venido haciendo un trabajo de formación de comunidad enfocado a la prevención del vuelo de cometas cerca al sistema. Si bien tenemos en cuenta que es una actividad de sano esparcimiento que se realiza de manera especial en agosto, la empresa ha venido trabajando para que esta práctica no se realice en zonas de influencia del Metro”, señaló Adriana María Sánchez, profesional de Gestión Social y Servicio al Cliente del Metro de Medellín. Según la funcionaria, la afectación por el vuelo de cometas cerca de los cables es tan crítica, que en 2013, generó la suspensión del sistema en 27 ocasiones, cada una de las cuales ha significado que los usuarios deban esperar en promedio ocho horas, para el restablecimiento de la operación comercial. Actualmente el Metro desarrolla una serie de campañas en instituciones educativas donde se ha sensibilizado a los estudiantes sobre el cuidado de los cables y las actividades recreativas responsables cerca de estos sistemas que son útiles para cientos de personas. Cerca de 20.000 usuarios usan diariamente en promedio la línea K, otras 11.000 usan la Línea J y 3.000, el Cable Arví. Los cables prestan un servicio importante a la comunidad, en especial a los ciudadanos que utilizan este medio para transportarse y su cuidado es una responsabilidad conjunta entre la empresa de transporte, los usuarios y las personas que viven en zonas de incidencia.