sábado, 31 de agosto de 2013

Gobierno Nacional sigue en deuda con la seguridad vial

Importantes medidas para reducir la siniestralidad en las carreteras están engavetadas. Van más de tres mil muertos en accidentes de tránsito. En los últimos cuatro años, 22.985 personas han muerto en accidentes de tránsito. Esto es igual a como si desapareciera la población urbana de un municipio como Orito (Putumayo) o Flandes (Tolima). En ese mismo lapso, han resultado heridas otras 158 mil. Este año, la situación va por el mismo camino. En lo que va corrido del 2013 hasta la fecha, han muerto 3.360 personas y 24.510 han resultado heridas en 18.724 accidentes de tránsito. En estos escalofriantes balances, las autoridades dicen que el fenómeno se mantiene “estable”. El análisis oficial indica que, en el 2012, la tasa de mortalidad fue de 6,8 por cada 10.000 vehículos, mientras que, en el 2011, esa misma relación fue de 7,2, también por cada 10.000. Visto así, ‘el balance es positivo’, pero la realidad es que cada año en Colombia se están matando casi 6 mil personas sin que este problema sea abordado con la decisión que amerita. Ni siquiera en los casos de gran impacto mediático, como las muertes provocadas por conductores ebrios, pues las tres ramas del poder no han podido ponerse de acuerdo en una solución para frenar esta conducta. Expertos consultados por EL TIEMPO coinciden en que la seguridad vial no está entre las prioridades del Gobierno, a pesar de que hace dos años, en el 2011, durante el lanzamiento mundial de la Década de acción para la seguridad vial, liderada por la Organización de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud, Colombia se comprometió a reducir la siniestralidad vial, antes de 2020, en un 50 por ciento. De esto poco se ha visto, y lo que avanza va a paso de tortuga, como la creación de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, un proyecto que va a mitad de camino en el Congreso. Lo mismo ocurre con la reforma al Código de Tránsito, que pareciera no despierta el interés de su principal doliente, el Ministerio de Transporte. “El gobierno debería comprometerse más, no solo el Ministerio de Transporte, y convertir la seguridad vial en una política de estado. Estamos en la década de la seguridad vial, hay unos compromisos, pero se nos han pasado dos años y no se ven resultados concretos. Necesitamos que esa estadística disminuya, independientemente de que crezca el parque automotor. Necesitamos más realidades”, dijo el senador Carlos Alberto Baena. “A la Ministra uno la oye hablar de infraestructura, de puentes, concesiones de cuarta generación y hasta de chatarrización de camiones, pero no dice nada de seguridad vial”, afirma Alexandra Rojas, directora del Fondo de Prevención Vial (FPV). Baena sostiene que no hay voluntad política del gobierno, en cabeza del Ministerio de Transporte, para abordar el problema. Y cita algunos casos. Una ley exige que haya una cátedra de educación y seguridad vial en escuelas y colegios, pero no se ha cumplido. Incluso, un ciudadano acaba de interponer una acción de cumplimiento ante el Ministerio de Educación. Una resolución de hace casi tres años promovía el uso obligatorio de airbags y ABS en los frenos de todos los vehículos nuevos, pero los vendedores de carros la empantanaron y solo ahora parece que quieren revivirla, dejando pasar todo ese tiempo en el vacío. Y, a pesar de disposiciones del mismo MinTransporte, las concesiones viales y el Invías no han cumplido su obligación de señalizar correctamente las carreteras, al menos en lo que tiene que ver con límites de velocidad. Ni tampoco, agrega Baena, hay voluntad política para aprobar proyectos de ley claves como la licencia por puntos ni otro que separa las funciones de las escuelas de conducción. “Hoy, las escuelas forman, cobran y evalúan, pero nunca niegan una licencia de conducción”, dijo Baena. Ante el grave problema de siniestralidad vial, el defensor del Pueblo, Jorge Otálora, pidió al Congreso implementar medidas para enfrentarlo. Otálora pide mayor celeridad. Congreso y Gobierno tienen la palabra. Accidentalidad vial es un problema de todos La falta de articulación entre las instancias oficiales, una gran falla. El pasado lunes, durante un foro sobre el tema de Seguridad Vial en el Congreso, una de las conclusiones que resultaron de los diferentes análisis es que, una de las fallas es la falta de coordinación y de articulación entre todos los actores. En la accidentalidad vial inciden muchos factores: la infraestructura, el manejo responsable de los ciudadanos y el respeto por las normas de tránsito por parte de todos los actores (peatones, conductores, ciclistas y motociclistas), así como los avances tecnológicos de los vehículos, entre otros. También es un tema que pasa por diversas instancias del gobierno, específicamente por los ministerios de Transporte, Comercio, Medio Ambiente y Justicia, y por entidades estatales, como Medicina Legal, la Policía de Tránsito y hasta la Dian, todas ellas responsables, en alguna medida, de las cifras. “La seguridad vial es un tema multidisciplinario en el que cada uno trata distintos sectores y niveles, de ahí que si esto se fortalece, junto con el sistema de tránsito, ayudaría a que esta problemática sea una prioridad para el Gobierno Nacional”, dijo Alexandra Rojas. Cinco temas clave Infraestructura. Desarrollo de proyectos viales con especificaciones modernas y claramente señalizados, que brinden seguridad y protejan la vida tanto de conductores como de peatones. Equipos. Este es un tema que tiene que ver con normativas de los ministerios de Comercio y Transporte y está relacionado con la homologación de vehículos que se comercializan en el país, pero que no pasan las pruebas en otras latitudes. O la venta de cascos para motociclistas que nadie evalúa ni verifica si cumplen con normas internacionales. Vehículos. Aprovechar el desarrollo de nuevas tecnologías de la industria del automóvil, como elementos de seguridad activa y pasiva, que ya son de norma pero que en Colombia son considerados un ‘lujo’. Institucionalidad. Definir con claridad el papel y las responsabilidades de cada una de las instituciones involucradas, pero que haya una coordinación efectiva frente a la seguridad vial. Comportamiento humano. Que peatones, conductores, ciclistas y motociclistas adopten un comportamiento responsable en las vías y de respeto a las normas de tránsito, y hacer más exigentes las condiciones para otorgar las licencias de conducción.

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