viernes, 6 de septiembre de 2013

El cambio de 'look' del 'Pibe', paso a paso en 'Aló'

El futbolista tiñó su melena, en apoyo de la lucha contra el cáncer de seno. Tras vivir en carne propia el drama del cáncer de su hermana Gloria y de su cuñada, el mediocampista samario Carlos Valderrama jugó un divertido partido de la mano de la revista Aló, que lo invitó a teñir su cabellera, en compañía de la Cruzada Avon Contra el Cáncer de Seno, que se realizará este domingo en la plaza de Bolívar de Bogotá. (Vea aquí las imágenes del 'Pibe' Valderrama y su nueva melena rosada) Cambió las canchas de fútbol, los balones y los guayos por un salón de peluquería, una bata, una silla acolchada y mucha paciencia, para medírsele al reto de modificar su look. El paso a paso del cambio es tema de la revista Aló, que circula desde este viernes. “La verdad es que me pareció divertido cambiarme el color para demostrar mi compromiso con las sobrevivientes y con la detección temprana de la enfermedad. Lo repetiría. Mis hijas, Stefi (18) y Carla (15), y Elvira Redondo, mi esposa, no sabían y se murieron de la risa cuando me vieron con el pelo rosado”. A medida que le ponían el tinte en la cabeza, él solo sonreía, sin quejarse. “Mi cuñada y mi hermana padecieron esta enfermedad, lo importante es que se detectó a tiempo y pudimos atacarla. Fue muy doloroso, pero sabíamos que íbamos a salir adelante. Hoy tengo encendido el ‘chip’ de la prevención”. El primer paso del cambio fue eliminar los residuos que tuvieran sus hebras capilares con un enjuague, después le pusieron la tintura rosada, le lavaron el pelo, lo matizaron y, luego de obtener la fijación del tono y de tres horas de proceso en una peluquería bogotana, al mirarse al espejo solo atinó con un escueto: “Bacano, bacano”. Sus rizos se secaron al natural, posó como un experto para el fotógrafo y nunca desdibujó su sonrisa. Valderrama, el volante de excelente técnica, gran visión de juego y pases milimétricos, efectuó su ‘cambio extremo’, pero de corazón. “Con estas dos vivencias entendí que como hombres tenemos la obligación de estar pendientes, de acompañarlas y recordarles a nuestras parejas y a todas las mujeres que se practiquen el autoexamen. Todos tenemos que poner nuestro granito de arena. Es nuestra obligación tomar cartas en el asunto y entender que si se detecta a tiempo, es posible salvar muchas vidas...”. Se acerca también el Día del Amor y la Amistad, y el actual técnico de la selección nacional indígena asegura que ya le entregó el regalo a su esposa, Elvira, con quien lleva 20 años de matrimonio. “Todas esas fechas son claves y trato de hacer siempre algo especial. Pero el mejor regalo ya se lo di, y fue mi corazón; con ese la maté, es el mejor presente”, concluye. REDACCIÓN ALÓ

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