Al aumentar la velocidad del vehículo sólo 5 kilómetros por hora más, se duplica el riesgo de chocarse pues ese aumento de velocidad representa la disminución de la capacidad de reacción. No hace falta que el conductor maneje su carro a 120, porque tan sólo con subir a velocidad a 65 basta para que el riesgo sea el doble. Si le suma al exceso de velocidad, el consumo del alcohol, los resultados suelen ser fatales. Esto no se lo inventaron las autoridades, ni escogieron el número al azar, sino que es el resultado de una investigación hecha por la Universidad de Adelaida, en Australia.
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