Después de tres agobiantes meses la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (Anla) decidió este miércoles devolver la competencia del túnel de Oriente a Cornare, entidad que en 2003 aprobó la licencia ambiental del proyecto de 869 mil millones de pesos.
Aunque se pensó que Corantioquia podría entrar de lleno al proceso, se determinó que esta haría un seguimiento a los requerimientos que exigió la Anla para salvar el túnel que conectará al valle de Aburrá con el de San Nicolás.
Dentro de esos requisitos está recuperar la línea de base ambiental para identificar a profundidad los recursos naturales de la zona de influencia del megaproyecto.
La dependencia del Ministerio del Medio Ambiente también exigió que se deben realizar otros estudios hidrológicos más detallados para conocer si existen, o no, abatimientos de agua en el corregimiento Santa Elena de Medellín.
Aunque se había dicho que de Cornare dependería decidir si reinician -mientras realizan los estudios- las obras que están suspendidas desde marzo, la Anla solicito que esto no se hiciera hasta que se hagan profundicen en los estudios ambientales.
Con la resolución que la Anla entregó ayer se empieza a destrabar uno de los proyectos más polémicos que ha tenido Antioquia en los últimos 12 años y que apenas a finales del 2011 -en el gobierno de Luis Alfredo Ramos- y después de infinidad de discusiones, se empezó a construir.
A pesar de la determinación del Gobierno nacional, los ambientalistas han dicho que tienen las pruebas suficientes para demostrar que el proyecto, además de tener un débil estudio de impacto ambiental, tiene un amplio vacío jurídico.
Lo cierto es que con esta determinación empezó una nueva etapa para el túnel de Oriente, que estará a cargo de la misma entidad que hace 10 años lo aprobó.
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