lunes, 4 de junio de 2012

Bogotá - Medellín, una autopista vital que se cae a pedazos


El mayor tramo de la autopista que une dos de las principales ciudades del país: Bogotá y Medellín, y que comprende 352 kilómetros entre la capital de Antioquia y Puerto Boyacá, se está cayendo a trozos.

Hay dos cierres parciales, derrumbes en varios tramos y abismos generados por roturas de las alcantarillas que, según el concesionario que debe mantener la vía, ya cumplieron su vida útil y son responsabilidad del Gobierno y no de ellos. 

La vía que se construyó hace 30 años y por la que transitan diariamente 3.500 automotores tiene 42 puntos críticos y necesita una intervención urgente. Según la empresa Devimed, que tiene la concesión hasta el 2026, de no llevarse a cabo esa intervención por parte del Gobierno, daños como el presentado hace ocho días en el punto Viao de Cocorná serían crónicos y repetitivos. En ese sitio, kilómetro 12, los ingenieros reportaron el colapso de 60 metros lineales de la calzada debido a que la alcantarilla que pasa por debajo del asfalto no soportó la cantidad de agua generada por el invierno, y el cauce de una quebrada aledaña golpeó las bases de la carretera.

Esa situación, por la que en principio los técnicos pronosticaron una semana de cierre, fue generada por el desgaste de una alcantarilla que no se cambia desde que la autopista se construyó.
Para Devimed, los desgastes de las 1.350 alcantarillas a lo largo del tramo de Antioquia de la autopista son la causa de las dificultades en muchos de los puntos críticos de la vía, y, dicen, ya se le envió reporte sobre esa situación al Instituto Nacional de Vías (Invías). 

Según John Jairo Otálvaro, gerente de la firma concesionaria, en la carretera por cada 100 metros hay una alcantarilla, por lo que la renovación de estas estructuras metálicas debe hacerse en 135 kilómetros comprendidos entre El Santuario y Puerto Boyacá.

"Su vida útil ya concluyó, y si no se cambian se van aplastando y empiezan a fallar, como ha pasado en varios sitios donde el pavimento ya tiene fisuras. Y nosotros no podemos asumir esos daños, porque así no lo estipula el contrato", añadió.

La vía tiene que ser modernizada y hay que pensar en unir las dos capitales con una doble calzada que desemboque en Caño Alegre (Puerto Boyacá), donde se construye uno de los puentes de la Ruta del Sol, agrega.

El director regional de Invías, Gustavo Otálvaro, admitió que los arreglos son urgentes y explicó que por ahora se giraron 9.000 millones de pesos para intervenir los 56 puentes que necesita la autopista. "De ese dinero, ya se adjudicaron 3.000 millones de pesos", indicó al asegurar que el cambio de alcantarilla es un tema que debe revisar la Agencia Nacional de Infraestructura y no el Invías.

Mientras todos 'se pasan la pelota' y se revisa el proyecto de intervención definitiva enviado por Devimed al Invías (que puede costar 5.000 millones de pesos), el gremio transportador afirma ser el gran perjudicado por los cierres de la autopista. Cuando hay daños, deben tomar como alternativa la carretera a Manizales, que les representa hasta ocho horas más de recorrido o la vía Puerto Berrío, que les implica un día y medio más de viaje.

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