Por: Liliana Leal Lugo
Esto de la reforma al transporte especial es un desbarajuste que nadie comprende y en el cual, puedo asegurar, se gestan intereses oscuros de aquellos que desean quedarse con lo mejor de la modalidad y que, a su vez, convive con la manía de algunos políticos de inventar una serie de reformas legislativas para buscar popularidad. En este tira y afloja algunas cosas sí quedan claras, por eso expongo a ustedes mi pensamiento ahora que no tengo atadura alguna salvo mi propia conciencia.
Para comenzar, el gobierno ha venido hablando últimamente de modificaciones al Decreto 174. Es irónico que ahora se quieran cambios cuando el gremio ha realizado desde hace más de 5 años observaciones que nunca fueron escuchadas; pero ahora, como por arte de magia, se llevan a cabo mesas de trabajo y reuniones con el fin, según ellos, de conocer la problemática del sector. La verdad es que el gobierno viene con ideas claras que no son nuevas porque ya estaban retratadas en la política de pasajeros del año 2007, y no es otra cosa que pasar del esquema afiliador, donde las empresas solo vinculan los vehículos sin responsabilizarse de la prestación del servicio, al modelo donde las empresas se responsabilizan integralmente de la prestación del servicio, de los vehículos y sus conductores; pero para esto no es necesario una reforma al decreto, pues el decreto en ningún caso favorece ese modelo, lo que se necesita es un cambio de pensamiento y mayor control para el cumplimiento de las normas actuales. Entonces, ¿qué es lo que quiere el gobierno y qué hay detrás de esta reforma?
Según entiendo, la reforma será el resultado de los estudios de oferta y demanda; sin embargo, este estudio está por realizarse desde el año 2005. Con relación al parque automotor, se quiere establecer una vida útil de los vehículos, a pesar de esto no existe ni ha existido una política clara sobre este tema y nada se ha dicho sobre incentivos para la reposición. También se habla de un posible pico y placa para el transporte especial e, irónicamente, de un descongelamiento de las autorizaciones para vehículos tipo camionetas y automóviles.
No obstante, la reforma va más allá, pues más que buscar cambios en la manera como se viene trabajando con ayuda de algunos gremios, busca hacerle el juego a algunos empresarios que ven en el turismo un gran potencial, exigiendo unos requisitos especiales para aquellos que deseen prestar el servicio turístico y dejando por fuera del negocio a más de una empresa, lo cual sumado al proyecto de ley que ya pasó el segundo debate en la Cámara de Representantes sobre el transporte escolar y que exige requisitos especiales para quien quiera prestar este servicio, genera una separación definitiva de las submodalidades de turismo y escolar que golpeará económicamente a la empresas del sector y de concretarse acabaría con más de una empresa de servicios especiales.
Como ven, el panorama no es bueno, los empresarios de transporte especial creyeron que los cambios y reformas no los tocarían, pero los grandes empresarios colombianos ya vieron en el servicio especial un negocio lucrativo y si las cosas siguen como van el negocio cambiará de manos igual que sucedió y viene sucediendo en el transporte urbano sin dar oportunidad a los empresarios actuales. No soy dueña de la verdad, pero si quiere comprobar que lo que digo es cierto no deje de ingresar a www.lilianalealabogados.com y conozca los proyectos de reformas y los diferentes pronunciamientos sobre este importante tema.
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