jueves, 19 de septiembre de 2013

'Soy un pecador', dice el Papa en reveladora entrevista

Afirmó que el matrimonio entre homosexuales y el aborto no pueden ser obsesiones de la Iglesia. “No sé cuál puede ser la respuesta exacta... Yo soy un pecador. Esta es la definición más exacta. Y no se trata de un modo de hablar o un género literario. Soy un pecador”. Así le respondió el papa Francisco a Antonio Spadaro, director de la La Civiltà Cattolica, publicación de la Compañía de Jesús –congregación a la que pertenece el pontífice- en una reveladora entrevista que duró tres días, en varias sesiones. En la entrevista, que fue publicada en España por la revista Razón y Fe – y reproducida por el periódico ‘El País’- el Sumo Pontífice habló sobre lo divino y lo humano, sobre el nuevo rumbo que le está dando a la Iglesia Católica y sobre esos gestos de humidad de su pontificado que han cautivado a tanta gente, en todo el mundo. “Bueno, quizá podría decir que soy despierto, que sé moverme, pero que, al mismo tiempo, soy bastante ingenuo. Pero la síntesis mejor, la que me sale más desde dentro y siento más verdadera es esta: Soy un pecador en quien el Señor ha puesto los ojos”, dice el Papa al responder la primera pregunta. Sobre la relación con la Iglesia y el pueblo, expresó: “La imagen de Iglesia que me complace es la de pueblo santo, fiel a Dios. La pertenencia a un pueblo tiene un fuerte valor teológico: Dios, en la historia de la salvación (…) Y la Iglesia es el pueblo de Dios en camino a través de la historia, con gozos y dolores. Sentir con la Iglesia, por tanto, para mí quiere decir estar en este pueblo. Y el conjunto de fieles es infalible cuando cree, y manifiesta esta infalibilidad suya al creer, mediante el sentido sobrenatural de la fe de todo el pueblo que camina”. “Veo la santidad –prosigue el Papa– en el pueblo de Dios paciente: una mujer que cría a sus hijos, un hombre que trabaja para llevar a casa el pan, los enfermos, los sacerdotes ancianos tantas veces heridos pero siempre con su sonrisa porque han servido al Señor, las religiosas que tanto trabajan y que viven una santidad escondida. Esta es, para mí, la santidad común”. Sobre los cambios y prioridades de la Iglesia Católica, cree que lo que más necesita con urgencia es una capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones de los fieles. “Veo a la Iglesia como un hospital de campaña tras una batalla. ¡Qué inútil es preguntarle a un herido si tiene altos el colesterol o el azúcar! Hay que curarle las heridas. Ya hablaremos luego del resto. Curar heridas, curar heridas... Y hay que comenzar por lo más elemental. La Iglesia a veces se ha dejado envolver en pequeñas cosas, en pequeños preceptos. Cuando lo más importante es el anuncio primero: ‘¡Jesucristo te ha salvado!’. El pontífice latinoamericano también se refirió a temas controversiales como el aborto y el matrimonio entre homosexuales. “No podemos seguir insistiendo solo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos. Es imposible. Yo he hablado mucho de estas cuestiones y he recibido reproches por ello. Pero si se habla de estas cosas hay que hacerlo en un contexto. Por lo demás, ya conocemos la opinión de la Iglesia y yo soy hijo de la Iglesia, pero no es necesario estar hablando de estas cosas sin cesar. Las enseñanzas de la Iglesia, sean dogmáticas o morales, no son todas equivalentes. Una pastoral misionera no se obsesiona por transmitir de modo desestructurado un conjunto de doctrinas para imponerlas insistentemente”. La entrevista completa se puede leer en el portal de la revista Razón y Fe. REDACCIÓN VIDA DE HOY

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