miércoles, 6 de noviembre de 2013
La ‘empresa’ que quiere acabar con el hambre en Bogotá
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El Banco de Alimentos que funciona en la ciudad y municipios vecinos ayuda a 120.000 personas.
No cualquier empresa establece como meta cuadruplicar sus operaciones en ocho años, y menos si no cuenta con un músculo financiero y una gran faraónica que respalde ese propósito. Sin embargo, ese es el objetivo del Banco de Alimentos de Bogotá, que quiere tener 500 mil beneficiarios y entregar alrededor de 40 mil toneladas de suministros anuales en el 2021.
En este momento, esta obra social, que tiene el auspicio de la Arquidiócesis de Bogotá, les llega con comida, alguna ropa, productos de aseo y útiles escolares a 120 mil personas en los sectores más pobres de la ciudad y municipios aledaños. En el país existen otros 19 bancos similares.
Durante el 2013, el de Bogotá ha distribuido más de 9.000 toneladas de productos y, según su fundador y director, el padre Daniel Saldarriaga, culminarán diciembre con cerca de 11.000 toneladas. El balance es mucho más halagador si se tiene en cuenta que en los 12 años de existencia ya van más de 100.000 toneladas donadas.
Todo esto ha sido posible gracias a la buena gerencia y al aporte de 170 empresas –entre ellas varios grandes almacenes de cadena y productoras de alimentos– que prefieren vehiculizar hacia los más desfavorecidos sus productos en vez de botarlos cuando están próximos a vencerse, por difícil rotación o porque presentan alguna falla en el empaque. Otra parte proviene de agricultores de la sabana.
La entidad recibe todo, lo clasifica y luego lo canaliza a través de 700 organizaciones sociales y comunitarias que trabajan con ancianatos, orfanatos, jardines infantiles, comedores comunitarios y enfermos terminales, o en forma de mercados para familias de bajos recursos.
El padre Saldarriaga explica que el faraónico propósito de cuadruplicar las entregas no es descabellado si se tienen en cuenta los recursos que se mueven en Colombia. El ejemplo es que solo la central de abastos Corabastos expende en cuatro días la cifra que él quiere alcanzar en un año.
Justamente, el último avance del banco es una bodega que abrirá en esta central de abastos para tener las ayudas mientras las puede transportar en los cinco camiones del Banco de Alimentos.
“Lo que movemos al año ahora vale alrededor de 13 millones de dólares, y la ilusión es poder mover de 50 a 55 millones. No es tanto, y menos si eso significa que podemos socorrer a 500 mil personas”, dice el religioso.
El equivalente para cada una de las personas a las que quieren beneficiar son 100 dólares por año.
Como preludio de su gran cruzada para el 2021, el sacerdote Saldarriaga quiere repartir mercados navideños este diciembre y está invitando a los potenciales benefactores que quieran colaborarle con dinero o en especie para que se comuniquen al teléfono 2440249, en la capital del país, o para que se documenten sobre la labor del banco en su página de internet (www.bancodealimentos.org.co).
“El hambre nos está azotando, y no debería, porque en el país hay suficientes alimentos. Lo que nos falta es articular a los que estamos haciendo tareas como esta, para que muchos no sientan miedo de donar lo que pueden”, añade. Y aclara que aunque esta es una obra ligada a las Arquidiócesis, no es solo de católicos para católicos. La prueba es que el 20 por ciento de los beneficiarios es de gente de otras religiones.
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